La Tapadera de La Embajada, Valencia.

Fecha de la visita: 20/09/2.014 sábado.

La Embajada, el restaurante de Alfredo Burguera con el Chef Nazario Cano a los fogones, amplia su oferta con la creación de dos nuevos ambientes dentro del impresionante edificio situado en el centro de Valencia.



A su ya conocida propuesta como restaurante gastronómico, donde Nazario practica una cocina de alto nivel, ahora podemos encontrar una zona dedicada a la cocina peruana y otra a la cocina de tapas actualizada. Esta última propuesta es de la que escribo en esta entrada.

Ubicado en la Plaza Alfonso el Magnánimo nº 7, este edificio monumental ha sido anteriormente monasterio y cuartel militar. A principios del S. XX se reformó como mansión. El enlace a su pagina web pinchando aquí.

Su entrada es impresionante, con la escalinata, el techo acristalado y su puerta de madera en la 1ª planta.


Tras acomodarnos y saludar a Nazario, vemos que la carta/pizarra tiene propuestas muy interesantes pero nos dejaremos llevar por el pensamiento del chef. Unas tapas con amplio rango de precios para adaptarse a casi todos los bolsillos. Empieza desde 3 €, pasando por 4,5 € y 6 €, hasta llegar a los 12 € de las más caras. 

Al final, probamos cosas tanto de la carta como fuera de ella, todas presentadas al centro. Puede que el tamaño de alguna de ellas no se corresponda con la ración habitual, al estar emplatadas para ser probadas por tres personas y adaptadas a la particular propuesta del chef para esta ocasión. 

Algunas imágenes de la decoración de la "Tapa"dera.


Vamos con lo que tomamos...

Con las cervezas llegaron unas aceitunas aliñadas.


Pan tostado con ajoaceite y miel. Muy gustosas.


Caramelos de vegetales. Pequeñas porciones de verdura osmotizada con presentación divertida.


Dados de atún rojo. Totalmente crudo, como nos gusta. No podía ser de otra manera.


Caballa. Servidas sobre una lata de pescado en conserva. Punto de pescado casi crudo, con un escabeche muy suave. 



Ensaladilla. Servida en vaso y realizada con sifón. Sabrosa. Para tomarse algún vasito más.


Buñuelos de bacalao con su piel y mayonesa de su pilpil. Impresionantes. Blandos, esponjosos, y crujientes a la vez. La piel del bacalao muy crujiente unida a la masa del buñuelo nos resultó una fantástica combinación al morder.



Clotxinas (mejillón valencianos) al zumo de naranja. La suavidad en la lata. 



Rollito de arroz "a banda". Su nombre ya lo dice. arroz a banda (de pescado) envuelto en un rollo de crujiente pasta brick. Gustaron mucho.


Albóndigas guisadas con salsa de curry. Para mojar pan. La salsa rica, rica.


Patatas Bravas. Hervidas y fritas, acompañadas de sus pieles y una salsa picante que te hacia apurar la cerveza. Otra salsa rica, rica.


Cochinillo. Crujiente, con sabor.


De postre, probamos: Turrón, helado de limón/coco y espuma de café. El broche de oro. Suave y goloso.


Café.


Una propuesta muy interesante y que espero tenga éxito en Valencia.