Fecha de la visita: 09/08/2.013 viernes.
Escapada de tres días en Oviedo este verano. Preparando el
viaje, encontré en internet buenas referencias de este local y su joven chef
Edgar de Miguel. Después de su experiencia en cocinas ajenas, un par de años atrás decidió
abrir su propio local en el centro de la ciudad, a cinco minutos de la Catedral
y el Teatro Campoamor, en la esquina de la famosa calle Gascona donde se
concentran gran número de sidrerías. El enlace a su web aquí.
Además del servicio a la carta (que combina platos
innovadores con otras opciones más conservadoras) ofrecen una interesante propuesta
los mediodías de martes a viernes llamada Menú Mercado. Este consta de Aperitivo
de la casa, entrante, plato principal, postre, pan, vino, agua, al precio de
16€. En cada uno de ellos podemos elegir entre dos o tres (postre) opciones de
cada.
Local luminoso, en tonos blancos y negros, con varias zonas
(exterior,barra, mesas altas con taburetes, y comedor). Servicio atentísimo y muy correcto,
incluso nos recomendaron restaurantes en Gijón que al final no pudimos visitar
al tener que acortar el viaje.
Decidimos tomar el menú con el añadido de un plato al centro
que nos apetecía probar. Su composición fue la siguiente:
Aperitivo de la casa: Tartaletas mini (Tortos) de maíz con picadillo.
Plato típico asturiano, estaban sabrosas.
Cesta de pan, incluía pan de maíz.
Como entrante individual las dos opciones eran:
Ensalada de bonito en
escabeche casero: Mezclum de lechugas con trozos de bonito escabechado. Me gustó.
Salmorejo de cerezas con vinagreta de rape. Presentada con
tostones, cerezas troceadas y rape desmigado.
Plato principal a elegir:
Chipirones escabechados con patata espumosa. Escabechados en
su tinta, se presentan al centro del plato con una crema de patata rodeándolos.
Quizá demasiada patata, tapando en exceso los chipirones.
Arroz cremoso de gochu “asturcelta” con manzanas y espinacas. El
gochu es una variedad de cerdo autóctona asturiana que debido a la introducción
de otras razas más rentables comercialmente ha estado a punto de extinguirse. Unos años atrás se volvió a recuperar a partir de un verraco y tres cerdas
reproductoras.
Acostumbrado a los
arroces que tomo habitualmente aquí en Valencia, con potentes fondos que le dan
gran sabor y consistencia al plato, el planteamiento de este es totalmente
distinto. Encostrado por encima, un punto (no mucho) más meloso por abajo, es
un arroz que al comer lo encontré dulce, el resultado de llevar manzana. De todas maneras, un bocado
interesante.
Postre, los dos muy buenos.
Bizcocho de chocolate con helado de naranja y gelatina de
Baileys. El montaje y composición del plato me resulta familiar.
Arroz con leche en cazuelita.
Con los cafés llegaron a modo de petit four estas cucharillas de chocolate con miga
crujiente.
Fuera de carta, pedimos una ensalada de bonito del norte con
hojas de mertensia y tallos de espárragos.
¿Qué es la mertensia? Desconocía
por completo su existencia, y he tenido que buscar información acerca de ella
en la red. Es una planta perenne que se encuentra en suelos de grava de
algunas zonas del hemisferio norte, concretamente en zonas de Canadá, Groenlandia
y el archipiélago noruego de Svalbard.
Su particularidad es su fuerte sabor a
ostras, por ello se le llama también hoja de ostra. Sorprende al masticar la
hoja su marcado sabor a mar, que recuerda por completo tal y como ya he dicho a
las ostras.
Preguntando en el Mercado Central de Valencia me han dicho que su
precio de venta al público es caro debido a la particularidad de su transporte
desde tan lejos. También me comentaron que el chef Jorge Bretón la utilizó durante su estancia en La Sucursal.
Nos quedamos con ganas de repetir visita y probar otros platos
de la cocina de este joven chef, pero no pudo ser...