Fecha de la visita: 06/04/2.013 sábado.
Hacía tiempo que quería conocer este local, aunque nunca encontrábamos
el momento adecuado. Si una persona de mi total confianza en asuntos
gastronómicos lo recomienda y además celebra
allí la fiesta del millón de visitas a su blog “Ojo al Plato” (a la que no
pude asistir), las ganas de probar la cocina
de Tomás Montán eran grandes.
Abierto desde 2.004, está situado muy cerca de la estación
de Metrovalencia, en la calle 30, nº 34 en La Cañada (Paterna) a 10 minutos de
Valencia en coche. El edificio es un típico chalet de la zona, una construcción
de los años 30 del pasado siglo que nos puede recordar a un buque, de ahí el
nombre del restaurante: Vaixell (Barco). Actualmente trabaja con una carta pequeña,
adaptada en tamaño y precios a los tiempos que estamos sufriendo, añadiendo
algún otro plato según la oferta del mercado. Además organiza jornadas especiales como
por ejemplo las de la trufa negra. Os dejo los enlaces a su web y su facebook.
Cuando llegamos, por casualidad
Tomás está en la puerta casi esperando para ofrecernos la bienvenida a “su casa”.
Hay una pequeña terraza en la que se
debe estar de maravilla en verano. El comedor, luminoso y limpio, está situado
en la planta baja. Dispuesto en varias habitaciones sin paredes medianeras donde
están situadas las mesas.
El propio chef toma nota de lo que queremos mientras nos
explica los platos de la carta. Sabiendo por su facebook que había comprado
para estas fechas buen pescado fresco, los dos platos principales serían de
este tipo de alimento.
Un vermouth de la zona de Huelva para empezar. De aroma y sabor
diferentes a otros que hemos probado, nos recordaba a uvas típicas del sur.
Coca de verduras y boquerón en vinagre. Fantástica de sabor.
Croqueta de pollo de corral. Sabrosa y crujiente.
Carpaccio de alcachofa y bonito seco. Alcachofa cruda muy
finamente laminada con polvo de bonito secado y preparado por el propio Tomás.
Sashimi de lubina. Impresionante. El mejor plato de pescado
crudo que hemos comido en mucho tiempo, y son unos cuantos. Llegó a la mesa acompañado de palillos para
comerlo. Aromas cítricos del jengibre fresco rallado, ajo, soja, etc. Nos hubiéramos
comido una ración cada uno. Plato para el recuerdo.
Gallo de San Pedro con verduras salteadas y aceite crudo. A la manera del norte, salió a la mesa tal cual, acompañado de judías verdes salteadas con ajo laminado.
Los postres: un sorbete de zumo de naranja con
helado de limón.
Su versión de Gosua. Tengo entendido que es típico del País Vasco,
sobre todo de la zona de Vitoria. Compuesto de capas de nata, bizcocho bañado
en mistela, y crema pastelera, coronado con caramelo líquido. Aunque pueda
parecer empalagoso, no lo fue en absoluto.
Café.
Para beber, la siempre presente agua mineral y dos copas de
vino tinto, ya que ofrecen esa opción.
Al terminar continuamos departiendo unos minutos con Tomás
Montán, agradeciéndole el trato recibido e indicándole lo bien que habíamos
comido, con la promesa de repetir en una futura ocasión.