Fecha de la visita: 18/06/2.012 lunes.
Restaurante de Quique Dacosta, que junto a su
otro local, Mercatbar, animaron hace un tiempo con su apertura la escena gastronómica valenciana a través de
sus cartas con tapas y platos más
elaborados a precios asequibles. El concepto gastrobar, tan de moda actualmente.
Vuelve Carolina esté en la calle Correos nº 8, muy cerca de
la Plaza del Ayuntamiento. Podemos acceder a su página web desde aquí.
Local moderno, con paredes y suelo forrados de madera. Larga
barra donde poder comer y mesas en el otro lado, con otro comedor al fondo debajo de la bodega acristalada que se puede
ver desde buena parte del restaurante. En la primera planta hay otro comedor y
salones privados.
Las cartas de las dos plantas son algo distintas. En la
planta de la calle lo más destacado son las tapas, mientras que en la superior es
una carta con algunos de los platos representativos en la historia de la cocina
de Quique junto a otros de inspiración de cocina mediterránea. Las dos
veces que hemos estado lo hemos
hecho en la planta baja.
Nos decantamos por el menú “tapas al centro”, que consta de
seis tapas saladas y dos dulces para compartir al precio de 20 €., aunque hay
otras opciones de menús y a la carta. Pan, bebida y café aparte.
Hay que comentar, que el servicio fue correcto y atento,
con la llegada de todos los platos al ritmo marcado por nosotros. También es
verdad que el local estaba más o menos a un tercio de su capacidad. Aunque la carta de vinos es muy completa y cuidada al contar con Manuela Romeralo de sumiller, nos decantamos por cerveza posiblemente a causa de
la calor con la que veníamos de la calle.
El menú:
Aceitunas y encurtidos como aperitivo.
Servicio de pan, con rosquilletas de queso, y una crema de
queso azul. Se incrementa 2€/pax la cuenta final pues no está incluido en el precio del menú.
Ravioli de patata y yema. Te lo tienes que
poner por completo en la boca y morderlo, pues el interior es yema de huevo
líquida. Sin duda lo que más me gusto y nos llamó la
atención.
Cristal & Jamón Ibérico. Rebanada de pan de cristal,
supercrujiente que se parte en pedazos al morder, con jamón por encima, con un
pequeño cuenco de tomate triturado.
Pizza fría al revés “Ensalada-Pizza”. Masa finísima y
crujiente sobre una ensalada de rúcula, tomate fresco y seco, con lascas de
jamón y queso. Mediterráneo 100%.
Mejillón Tigre. Terrina con mejillones en el fondo, acompañados
con una salsa (creo que Romesco) y una crema. El nombre de tigre le viene
porque estaba bastante picante, pedía a gritos la cerveza.
Langostinos crujientes con emulsión de tomates secos. Colas
de langostinos, de tamaño bastante grande, rebozadas con panko (pan rallado
japonés). Al fondo había una especie de puré de tomate.
Navajas Plancha con vinagreta caliente de verduras brunoise.
Dos navajas de gran tamaño, con una vinagreta de verduritas encurtidas cortadas
muy pequeñas (zanahoria, pimiento rojo, cebolla, pepinillos, etc.)
Se terminaban las tapas saldas, ahora venían las dulces.
Gianduja de cítricos. Sabores y texturas distintas, con una crema en su interior.
Bosque de Chocolate. Para los amantes del chocolate,
simulando tierra, con un bizcocho a estilo de roca y pétalos de flores.
Terminamos con dos cafés, de Nespresso.