Nuestro último día completo en la ciudad, pues al día siguiente volábamos hasta Orlando. Teníamos previsto visitar un museo que mucha gente olvida. Pertenece al Metropolitan Museum (MET), aunque se encuentra muy separado del edificio principal que está frente a Central Park. Me refiero a The Cloisters, en Fort Tyron Park, al norte de Manhattan, más allá de la calle 192 en una colina con vistas al río Hudson.
El edificio fue reconstruido en la década de 1930 a partir de los elementos arquitectónicos de varias abadías medievales europeas. Se utiliza para exponer el arte y la arquitectura de los periodos románico y gótico. Los claustros eran desmontados ladrillo a ladrillo, antes de ser enviados a Nueva York. Entre 1934 y 1938, se vuelven a montar en Fort Tryon Park. Una pieza muy interesante es el ábside de una capilla de Fuentidueña (Segovia).
El área alrededor del claustro está ajardinada con plantas y flores de acuerdo a la información obtenida de los manuscritos medievales hortícolas, y la estructura incluye múltiples objetos de estilo medieval.
El parque del museo y los edificios fueron creados a través de la dotación de una beca por John D. Rockefeller, Jr. , quien también donó la mayor parte de su colección de arte medieval en el proyecto. Otra gran parte de estas piezas vino de George Grey Barnard , un escultor y coleccionista de arte medieval, que ya había establecido un museo cerca de su casa en Fort Washington . Después Rockefeller compró toda la colección de Barnard, y la donó a los fondos del Met.
Tomamos un autobús en la 5ª Av., que termina su recorrido a las puertas del museo. Tardamos más de una hora en llegar, pero pasamos por todo Harlem y por el Harlem Hispano, zona esta última que nos sorprendió pues todos los letreros estaban en castellano. La entrada vale también para el Met de Central Park, por lo que al terminar la visita, tomando el mismo bus nos dirigimos hasta el Museo principal, el cual visitamos.
Banderas en la 5ª Av. |
Observamos algunos artistas realizando copias de obras del museo.
Al salir, dimos una vuelta por el parque, parando en la zona frente al edificio Dakota por donde paseaba John Lennon y Yoko Ono. También vimos a las famosas ardillas del Parque Central.
Optamos por terminar el día en el area de Wall Street y Columbus Circle, conociendo la zona. Esa noche cenábamos en el restaurante giratorio del hotel. La comida no era nada del otro mundo, pero las vistas valieron mucho la pena.
Ojala podamos regresar algún día...
Memorias de NYC, día 3