La Marítima. Edificio Veles e Vents, Valencia. Menú Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo 2ª quincena de noviembre 2.016

El grupo La Sucursal obtuvo a principios de verano la gestión y uso del edificio Veles e Vents, en la Marina Real de Valencia, icono de la Copa América que se celebró aquí. Encontramos tres restaurantes, a saber, La Marítima en la plata baja, su hamburguesería Malabar en la primera, la inminente reapertura en el momento de escribir esta reseña del  restaurante gastronómico La Sucursal en la tercera, y la Escuela de Hostelería Fundación Cruzcampo en la segunda.

Hace cinco años que Valencia es una de las sedes de esta escuela, gestionada en nuestra ciudad por la familia Andrés: Miriam, Javier, Jorge, junto con su madre Loles Salvador. Tras su inicio en el Centro Cultural Rambleta, ahora llegan a este edificio junto al mar con vistas al puerto y la playa de La Malvarrosa.


Aunque el curso empezó en septiembre, no es hasta mediados de noviembre cuando han empezado a trabajar en sala y cocina para ofrecer este menú en el restaurante La Marítima. Lo podemos encontrar de lunes a viernes, solo en el servicio de mediodía al precio de 25 € + IVA , con maridaje de cervezas incluido.



La Maritima  es un local bonito, con muchísima luz que entra a través de sus grandes ventanales que dan al canal de la Marina Real. Por desgracia estaba nublado en Valencia ese día, pero pese a todo, la vista de los barcos pesqueros regresando a puerto o algún que otro mega yate bien valía la sobremesa.




El texto siguiente lo escribí al día siguiente de nuestra visita, en mi muro de Facebook:

Hace cinco años que en Valencia se encuentra una de las sedes de la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo, gracias a la colaboración del Grupo La Sucursal con Javier de Andrés, su hermano Jorge, y resto de la familia Salvador. 

Su primera ubicación fue en el centro cultural Rambleta. Todavía recuerdo con verdadera añoranza aquel primer año. Una fantástica cocina a cargo de Jorge Bretón y una sala como pocas he disfrutado con Gonzalo Parras, sin olvidar a los verdaderos protagonistas: los alumnos que estaban recibiendo su formación. 

¿Todo esto a que viene? Viene a que ayer visité La Marítima, en el Edificio Veles e Vents. Un entorno privilegiado para la escuela. Hace una semana que los chavales han empezado a vivir lo que es un servicio, tanto en sala como en cocina. Y ayer recuperé ese sentimiento que tenía cuando visitaba Rambleta. Jaume Galan, como profesor de cocina, ofreció una cocina directa, estéticamente sencilla (me gusta así) y muy sabrosa. En sala Esther Gonzalez, dirigiendo (a veces solo con la mirada) a los chavales con mucha maestría, controlando sus nervios y corrigiendo sus pequeños fallos. Recordemos que solo llevan una semana de cara al público. 

Volvimos, me acompañaba mi mujer, a tener aquellas sensaciones que habíamos perdido hace tres/cuatro años. Y me gustó, no lo voy a negar.

Ahora vamos con las fotos del menú:


Aperitivo de patatas fritas de grueso calibre y "airbag" de esgarraet de pimiento y berenjena.


- Samosa de cochinita pibil.


Maridado con una Amstel de Bodega. Cerveza fresca sin haber pasado por el proceso de pasteurización, que llega directamente de la fabrica sin romper su cadena de frío.


- Ensalada de bonito con tomate y lactonesa de piñones.


Llegó con una Amstel Oro, producida con maltas tostadas. Cerveza fuera del menú.


- Alcachofa ibérica con jugo de alubias. Con este plato, sencillo de apariencia, me emocioné. Yema líquida, textura crujiente, para nada en exceso, de la alcachofa (no me gusta blanda) y un caldo de alubias en el fondo. Uno de los mejores platos del año que he probado este año.


- Suquet de atún. Preparado a la manera de un marmitako, con su picante que se hace notar pero no molestaba en absoluto. Con el atún "dejado caer" en el último momento para no pasarlo de cocción.


Servido con una Paulaner alemana de trigo.


Para el postre una cerveza curiosa. Mort Subite Kriek Lambic. Ceveza tipo Lambic, de fermentación espontanea. Al  tener zumo de cerezas su color, evidentemente, es rojo, con aroma y sabor de esta fruta.


- Cheesecake. Tarta de queso donde la galleta la encontramos en forma de suave y cremosa mousse.



Terminamos con el habitual café, y una larga sobremesa con Esther y Jaume. Cuanto se aprende escuchando...

Volveremos, sin duda, para comprobar la evolución de los chavales tanto en sala como en cocina.