Siempre estoy dispuesto a visitar restaurantes donde todavía no he estado, por eso cuando me dijo una amiga de ir a comer a La Ferrera no me lo pensé dos veces. Reconozco que con este local en particular tenía ganas ya que conocí a Chabe Soler (cocinera y copropietaria junto con su hermana) el pasado mes cuando compartimos tareas de jurados dentro de las Jornadas Gastronómicas del Centro Superior de Hostelería del Mediterráneo.
Está situado en primera linea de la Playa de Pinedo, a cinco minutos de Valencia. Uno de sus comedores y la terraza acristalada dan directamente al Paseo Marítimo.
Entrada.
Terraza de la entrada.
Paseo Marítimo.
Entrada.
Terraza de la entrada.
Paseo Marítimo.
Comedor principal, con muchísima luz. Tal y como me gusta.
Vistas a la playa.
Disponen de servicio de carta, dividida en varios apartados (me gusta lo de "los clásicos"...de playa "los nuestros") con una extensa lista de arroces y fideuas, la cual podemos encontrar actualizada en su página web, y un menú entre semana los días laborables al precio de 18 €, Primero, segundo, y postre a elegir de entre dos o tres opciones. Los platos del menú tienen por norma que no coincidan con los de carta.
Optamos por tomar el menú.
- Tosta con berenjena ahumada, huevo, y salchichón ibérico. Muy sabrosa, me gustó mucho la textura de todos los elementos que la componían.
- Migas de morcilla. Otra vez buena textura de la yema del huevo. Si en la tosta tenía textura de pomada, aquí estaba muy líquida por dentro. Por supuesto, la idea de este plato es mezclar todo y comer.
- Buñuelos de bacalao. Ricos y esponjosos. Plato extra, aparte del menú.
- Arroz meloso de carrillada y setas. En su cazuela de barro, humeante. Caldito trabado, como me gusta, con buen punto del arroz y estupendo sabor. Me serví dos platos.
Interesantes los postres que probamos.
- Sabores del bosque. Frutos rojos en diferentes texturas.
- Crujiente de queso de cabra, naranja, chocolate. Simulando un rollito de primavera, hay que partirlo por la mitad añadiendo el helado y el chocolate líquido.
- Milhojas de mango. Un postre fresco y dulce.
Después del café, los petit fours del local. Mistela y dátiles.
La verdad es que me gustó esta primera visita, y me dejó con ganas de volver más adelante para probar platos de la carta.