Otro de los momentos interesantes de nuestra escapada a Guipuzcoa fue visitar este local y conversar con su joven cocinero (propietario) Gorka Irisarri. Toda una experiencia.
Visitando el Basque Culinary Center con mi amigo Gonzalo Parras, profesor en este centro, le comenté nuestra intención de conocer Hondarribia. Me contesta...Tienes que ir a comer a Danontzat y conocer a Gorka, antiguo alumno del BCC. Por supuesto, llamé por teléfono para reservar mesa. Tres plazas en su "mesa social".
Gorka tiene su local en el casco histórico de la ciudad, en la calle Denda Kalea nº 6. Paseando por sus preciosas calles encontramos un par de carteles que nos llevan en la buena dirección. Pinchar aquí para acceder a su web.
Un pequeño y coqueto salón donde encontramos una barra entrando a la derecha, un "corner" de quesos con más de 30 variedades a la izquierda, y una mesa central que preside la sala. Su "mesa social" con capacidad para diez comensales.
Además de esto, encontramos una especie de barra contra la pared entrando a la izquierda, donde se pueden acomodar seis/ocho personas más.
Saludamos a Gorka, amable y jovial, cae bien desde el principio. Nos hacemos una foto de recuerdo. Danontzat significa en Euskera "para todos" y esa filosofía es la que quiere transmitir en su local y su cocina. En su carta encontramos platos, raciones y medias raciones, por tanto es muy fácil organizarse un menú. Además, ofrece la posibilidad de vinos por copas en algunas referencias de su carta. Optamos por probar varias de sus tapas.
Mejillones en tempura con pimentón de la vera. De pequeño tamaño, me recordaron mucho a la clotxina valenciana. Crujientes y sabrosos. Me comentó que se los abastecían desde Guetaria.
Croquetas de jamón y de hongos. Mi hija, la experta catadora de croquetas de la familia, les dio su aprobación.
Sardina ahumada con huevas de pez volador. Un ahumado muy fino que realzaba el sabor del pescado.
Carpaccio de gamba con ralladura de lima. Producto, sin más.
Alcachofas y cebollas confitadas con tomate de caserío. Otro plato de producto donde si la materia prima es de calidad da como resultado un platazo.
Lengua de buey "El Capricho" de León. Este plato lo termina Gorka en la mesa. Base de patata confitada, lengua pasada por el soplete y rematado con láminas de trufa.
Cuajada con miel y frutos secos. Casera, muy suave.
Helado de sésamo, tierra de galleta y avellana dorada. El helado estaba muy bueno, puro sabor a semillas de sésamo. Curiosa la avellana tratada con oro alimentario.
Para beber, otro Txacoli de la zona. Mokoroa 2.014, de las bodegas del mismo nombre localizadas en Zarautz. Fresco y frutal, acompañó bien a los platos.
Y agua mineral de la ciudad, del manantial de Arzola.
Danontzat, un local muy interesante y un cocinero que "hace amigos". Si pasáis por Hondarribia, es una muy buena opción.