Restaurante 534, Valencia. Menú degustación invierno 2.015

Fecha de la visita: 06/02/2.015 viernes.

Hacía tiempo que quería conocer este local, ya que comparto amistad en las redes sociales con su cocinero y copropietario Kike Jimenez. Aunque ya había visitado su otro local en Valencia, llamado TrencaDish, todavía no había surgido la ocasión de sentarme en las mesas de 534.


¿534? Original nombre para un restaurante. La explicación viene dada porque, pensando el nombre para el local, en esos días la prima de riesgo española estaba en esta cifra. Les gustó la idea y terminaron llamándolo así.

Situado cerca de la Alameda y la Av. de Aragón, en la calle Felip María Gerín nº4. El enlace a su página de Facebook pinchando aquí. Su teléfono es el 961 13 84 83.


Al llegar, saludamos a Kike y a Raquel Torrijos (experta y reconocida sommelier al cargo de sala). Nos muestran la carta y observo que además de una variada selección de platos disponen de dos menús. Del Día al precio de 17 € que consta de dos entrantes, plato a elegir entre tres opciones, y postre. Este menú solo lo ofrecen de lunes a viernes y no festivos. El otro menú es el llamado 534, que consta de 6 platos (5 + postre) todos individuales, al precio de 30 €. Los dos precios con el IVA incluido.

Decidimos tomar este último, Que Kike amplió añadiendo dos entrantes para que pudiéramos probar más cosas.

Su composición fue la siguiente:

Chips crujientes y servicio de pan con aceite.



Ostra natural con granizado de manzana verde. Estupenda. Buen calibre del molusco.



Para mi hija, que no quería ostra, le sirvieron una fina crema de guisantes con brunoise de pulpo y verdura.


Buñuelos de bacalao y croquetas de jamón. Sabrosísimos ambos. Cremosas, suaves. La de jamón casi líquida por dentro. Muy ligero y con marcado sabor a bacalao el buñuelo. Para repetir varias raciones.


Montaditos de steak tartar. Suave aliño para la carne (muy tierna) cortada a cuchillo.



Taco de pulpo con vinagreta de Kalamata. Pulpo a la llama, con puntos de berenjena y brunoise de verduras.


Rape con su higadillo, algas y soja. Punto del pescado casi crudo, como me gusta, con una ensalada de tirabeques como acompañamiento junto a unas algas que servían de cama al hígado de rape ligeramente pasado por calor. Un bocado este último difícil de encontrar en restaurantes.


Manitas con foie y puré de calabaza. Relleno con marcado sabor a foie, gustosa crema de calabaza que acompaña muy bien a la carne. Plato conjuntado y equilibrado.



Pularda rellena de ciruelas con crema de almendras. Acompañada además de crema de patata violeta, boniato, y cous cous de quinoa. 


La versión de Raquel de tarta de Limón. Resulta que Raquel, además de conocer el mundo del vino, también ha estudiado y trabajado como respostera. No era el postre ofertado en el menú, pero nos sorprendió gratamente. Estaba deliciosa.


Café.


Para beber, aguas minerales y dos copas de vino. El local dispone de una excelente bodega mantenida por el buen hacer de Raquel, que como he comentado antes es una de las mejores sommelieres de la ciudad. Un añadido muy bueno es que se pueden tomar todas las referencias de la carta por copas, al disponer del sistema Coravín para servir el vino.

La "máquina" inyecta una aguja por el corcho (nunca se descorcha la botella) y la cantidad de líquido que se extrae es sustituida por gas argón para evitar la oxidación del vino. Gracias a este sistema se ofrece en su carta botellas completas o copas de 150 ml. (5 copas por botella). Es la oportunidad de probar vinos que de otra manera no tomaríamos por su elevado precio. 


En mi caso fueron un Ossian blanco, monovarietal de Verdejo de las Bodegas del mismo nombre D.O Rueda. Y después un Santa Rosa Tinto Reserva, de uvas Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, de Bodegas Enrique Mendoza D.O Alicante. Dos excelentes vinos.

Además de la comida, el buen trato y servicio, fue un placer conocer y conversar con Kike y Raquel. Un local muy interesante, y al que sin duda regresaremos.