Memorias de NYC, día 2.

Después del desayuno, esperamos el microbús en el que teníamos que efectuar la excursión que estaba incluida en el paquete del viaje. Eran cuatro horas por la ciudad. No es que tuviéramos mucho interés en hacerla, pero como dice el refrán… a caballo regalado no le mires el dentado.

Pasando por Central Park, la primera parada fue Harlem. 



Como era domingo por la mañana y bastante temprano, las calles parecían desiertas. El día había amanecido gris y lluvioso. 


 

A continuación efectuamos un recorrido panorámico por la ciudad, terminando junto al edificio Flatiron donde paramos un rato en una cafetería italiana con unos dulces y un café buenísimos. Que casualidad, al lado estaba la tienda de recuerdos que nos había recomendado el guía. 


Observamos el Empire con la parte superior tapada por las nubes.



 Después de la parada, continuamos hacia el Downtown para terminar  en Columbus Circle la excursión. Como el día continuaba bastante feo, decidimos dar un meneo a la tarjeta de crédito y nos acercamos hasta la tienda de fotografía de b&h. Es una especie de paraíso para los amantes de la fotografía. Cualquier cosa que puedas imaginar, ellos la tienen. Están en la esquina de la calle 34 con la 9ª avenida. Al terminar, nos tuvimos que esperar un rato pues llovía de una forma bastante importante. Como no paraba, decidimos salir aunque nos mojáramos y acercamos a los grandes almacenes Macys, que están en la misma calle 34. También dimos un vistazo rápido al Madison Square Garden.






Estuvimos varias horas allí, casi tuvieron que echarnos pues se acercaba la hora de cerrar. Al salir,  contemplamos el Empire iluminado. 



Ya no llovía, por lo que andando cargados de paquetes llegamos al hotel. Cenamos en un restaurante cercano llamado Ellens Stardust Diner. Es un local de comida típica americana (costillas, hamburguesas, pollo asado con mazorcas de maíz, batidos de varias clases, etc.) con la particularidad de que está decorado como si se hubiera quedado en los años 60/70. Todas las chicas y chicos que trabajan de camareros van vestidos como sacados de la película Grease, y además cuando menos te los esperas se ponen a cantar por entre las mesas o subidos a la barra. Y lo hacen muy bien. Paseíto nocturno después de cenar y a descansar al hotel.

Memorias de NYC, día 3

Memorias de NYC, día 1