Crucero Bálticos 2.010 - 14,15/08. Embarque y día de navegación.

Después de nuestro viaje del 2.009 a Nueva York y Orlando, estaba un día hojeando el periódico cuando vi una oferta sobre cruceros. Era el mes de noviembre. Total que al día siguiente me pasé por la agencia de viajes, y al salir de ella ya teníamos nuestro crucero reservado. Nos llamaba mucho la atención viajar al Norte de Europa, por lo que realizamos el crucero “Capitales Bálticas” con el buque Costa Atlántica el pasado. La salida fué desde Copenhague el 14 de agosto de 2.010.



Aqui podeis ver el itinerario.

Como he dicho antes era nuestra botadura en el tema cruceril, y teníamos un poco de miedo del resultado final. Lo primero que tengo que decir es que conocimos gente estupenda con los que compartimos muy buenos momentos. Empezando por nuestros compañeros de mesa, sin olvidarme de los compañeros del hilo del foro de losviajeros.com que abrí en su día para ver si encontrábamos compañeros de viaje.

Bueno, vamos a lo que toca. Salimos de Valencia a las 8,30h hacia Copenhague vía Madrid. Al llegar al aeropuerto sobre las 15h, recogemos las maletas y nos estba esperando personal de Costa para comprobar nuestra llegada y hacerse cargo de nuestro equipaje, guiándonos hacia el autobús que nos llevaría al puerto. Suerte que no se nos perdió ninguna,  pues en caso contrario me veía en mitad del mar sin ropa que ponerme.

Llovía a mares. El cielo se había abierto sobre la ciudad y caían verdaderas cascadas de agua.  Arranca el autobús y tardamos un montón en llegar, pues en su camino atraviesa todo el centro de la ciudad que estaba totalmente atascado. Pasamos por delante del parque Tivoli, por las calles adyacentes al canal de Nyhavn, y continua lloviendo lo que no está en los escritos. Rezaba para que todo el viaje no fuera igual. No lo fue, pero la lluvia nos acompaño en algunos momentos en Tallinn y San Petersburgo.

Cuando por fin llegamos al puerto, vemos el Atlántica por primera vez ¡Que grande nos parece! Sobresale por encima de los edificios. Eran sobre las 18h. cuando por fin subíamos a bordo. Nos había costado tres horas desde que aterrizamos hasta que embarcamos. El Atlántica es un crucero botado en al año 2000, al que el tiempo no le ha afectado en demasía, pues su estado general es muy bueno. También es verdad que en todas las escalas habían tripulantes haciendo tareas de mantenimiento. En esta salida eramos 2600 cruceristas y 920 tripulantes.

En la zona de check-in por suerte no había nadie pues ya estaba todo el mundo dentro. El barco zarpaba a las 19h. Nos intentan hacer la primera foto de todo el crucero antes de la escalerilla de embarque. Le digo al fotógrafo que si no se da cuenta de que nos estamos mojando, aunque parece que no le importa ¡foto, foto!. Luego del posado de cualquier manera, por fin podemos ir al camarote a descansar un poco. Nos habíamos levantado a las cinco de la mañana y ya nos tocaba.

Sobre el asunto de las fotos quiero hacer un inciso: llegan a ser cansinos en grado sumo. Intentan hacerte un montón de fotos para que las compres después. Que yo recuerde fueron al embarcar, cenando que venía a tu mesa un marinero vestido de payaso, otra vez cenando con otro marinero vestido de marinero de peli de cine mudo, con el Capitán en el Coctel del idem, con un marinero vestido de oso en San Petersburgo, en la cena de Gala, etc. etc. Etc. (y siguen y siguen como las Duracell). Nos dijeron que costaban 20 € la foto (¡im-presionante!)

Al entrar al camarote, vimos que no habían llegado las maletas todavía, pero por suerte no tardaron más de diez minutos. Cuando llegas al camarote por primera vez, la puerta está abierta y tienes sobre la cama las tarjetas llave-monedero, y el diario de a bordo del día (el Today) donde te indican los horarios, las actividades, los espectáculos, etc.  Colocamos el equipaje y ya es hora de cenar, con lo cual nos dirigimos al restaurante Tiziano, en cubiertas dos al cuatro.

Interior del camarote.

Entramos un poco con el temor de ver con quien nos habían puesto en la mesa. Costa organiza los sitios para la cena, que son fijos durante todo el crucero. Hay mesas de varias capacidades y la naviera intenta sentarte con gente de tu país y si vas con niños que también los tengan. En nuestro caso nosotros somos tres (mi esposa, mi hija de 12 años y yo) y vemos que nos han puesto en una mesa de seis personas. Al momento llegan los que van a ser nuestros compañeros de cenas en un principio, y al final nuestros mejores amigos. Son una familia de Cervelló con su hijo de 14 años. Muy agradable la cena y a dormir, que ya estamos cansados y al día siguiente como es de navegación podemos visitar con tranquilidad el barco.



Este día comienza con el simulacro de naufragio a las 9,45h. Nos hacen poner unos salvavidas muy mostosos que tenemos en el camarote y allá que vamos, para el punto de encuentro. Como está lloviendo, nos tienen casi una hora con el chaleco puesto de pié en el atrio central. Entablamos conversación con una pareja de Málaga, pues estamos todos más aburridos que una seta. Viene un tripulante y nos dice todo enfadado que esto es algo serio y que no hay que hablar ni reírse ¿¿¿???. De repente, nos dicen por megafonía que ya ha terminado el simulacro. ¿Cuándo ha empezado?.

Ascensores panorámicos y Atrio central.


Café Florián.

Piscina con cubierta retirable.

Aunque cronológicamente no correspondan ir en esta etapa, el penúltimo día nos dejaron visitar las cocinas del barco. Aquí os pongo unas fotos de uno de los secretos que esconden los grandes buques de cruceros.



Dedicamos el resto del día a pasear por todas las cubiertas y descubrir el barco. Esta noche es el Coctel del Capitán, en un principio la primera de las dos noches de gala. Mucha gente de traje en los caballeros y bastante arregladas las señoras. Pocos smokings y trajes largos, aunque algunos se ven. Los que más se arreglan, los italianos y a continuación los españoles.

Después de la cena, un café rápido en el Florián y nos pasamos por el primero de los bufetes de medianoche donde vemos las famosas figuras hechas con frutas y las hechas con hielo. El Florián es una pequeña réplica del local del mismo nombre que hay en Venecia.

El Capitán y resto de oficiales del buque.

Figuras de hielo y frutas.

Y a dormir, que al día siguiente llegábamos a Estocolmo y quería madrugar.

Anochecer en el Báltico.

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